El viernes por la tarde compañeras y compañeros del Grupo
de Teatro del Oprimido (GTO) vinieron a compartir a villa Moreno una actividad sobre “Violencia de género” organizada junto a cumpas del área de Géneros y Salud de
distintos barrios del Movimiento 26 de Junio-FPDS.
Presentaciones tímidas interrumpidas por el crujir de la
puerta, miradas cómplices siguiendo el ritmo del mate. La pregunta sobre
“qué nos imaginábamos por el teatro del oprimido”, un silencio reflexivo y una
cumpa que lo relaciona con la vida cotidiana.
De a poquito, se nos propuso avanzar un poco más, y
animarnos a iniciar un diálogo con movimientos y sonidos. Nos aflojamos. Llegaron las risas, el disfrute y el frío iba
desapareciendo a medida que la confianza crecía. Pero había mucho más todavía.
Cerramos los ojos y fuimos diciendo lo que sentíamos ante la “violencia de género”. Voces de mujeres y varones, de variadas edades y diferentes barrios fueron expresando “hartazgo”, “lucha”, “dolor”, “organización”, “machismo”, “cotidiano”, “golpe”, entre tantas otras palabras dichas o no dichas. Entonces, comenzó la obra Rosa viejo, aunque la actividad ya había empezado hace rato, casi sin darnos cuenta.
Cerramos los ojos y fuimos diciendo lo que sentíamos ante la “violencia de género”. Voces de mujeres y varones, de variadas edades y diferentes barrios fueron expresando “hartazgo”, “lucha”, “dolor”, “organización”, “machismo”, “cotidiano”, “golpe”, entre tantas otras palabras dichas o no dichas. Entonces, comenzó la obra Rosa viejo, aunque la actividad ya había empezado hace rato, casi sin darnos cuenta.
Mientras seguíamos la historia, nos reíamos con algunas
escenas, pero también de a poco íbamos identificando las situaciones que allí
se mostraban, sintiéndolas cercanas y cotidianas. Nos íbamos metiendo en lo que
sucedía y los personajes nos iban generando diversas sensaciones. Se notaban
miradas de indignación o bronca ante algún personaje, se escuchaban comentarios
y opiniones sobre si era correcto o no lo que pasaba. La escenografía montada
dentro del local de Moreno se había convertido en el paisaje cotidiano, de
distintos barrios, diferentes momentos; y lxs personajes, aunque sin decirlo,
iban adquiriendo muchos nombres en nuestras cabezas.
Luego de los aplausos, no vino el final de la obra como
muchas veces se acostumbra. Se nos
propuso seguir siendo protagonistas, debatir lo que habíamos visto, compartir
las sensaciones, proponer cambios en la escena y animarnos a reemplazar a la
actriz por un rato. Entonces, el ambiente se llenó de historias de lo más
cotidianas y cercanas, esas que te erizan la piel, te duelen y fortalecen a la
vez; en las cuales cada una y cada uno podemos reconocernos. Y algunas
compañeras se animaron a ponerle el cuerpo, a ubicarse en el medio de la
escena, y transformarla; permitiéndonos observar y observarnos de ángulos y
formas diferentes.
Las horas habían pasado, el mate se había terminado, pero
ahí seguíamos todas y todos, dispuestos a seguir compartiendo, problematizando
y cambiando. Al final, lxs cumpas del Grupo de Teatro del Oprimido habían
tenido razón, cuando nos aseguraron que en esta actividad nuestra participación
iba a ser fundamental, cuando con sus gestos y movimientos nos invitaron a
jugar, cuando nos hicieron sentir que todo lo que sucedía esta tarde dentro de la
casa popular del M-26 en villa Moreno, era parte de la vida cotidiana y, sobre
todo, cuando nos invitaron a compartir y a “inventar un futuro” desde nuestra
realidad.
Muchas
gracias por la hermosa e indescriptible tarde compartida… ¡y que sean muchas
más!
Área de Géneros y Salud
Movimiento 26 de Junio
Frente Popular Darío Santillán
No hay comentarios:
Publicar un comentario